jueves, 18 de octubre de 2018

Explotación sexual comercial y no comercial


La explotación sexual es una actividad ilegal que afecta a niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres alrededor de todo el mundo mediante el sometimiento, violando los derechos fundamentales de las víctimas para fines comerciales y no comerciales, conoce la diferencia entre ellos y no permitas que tus amigos o familiares caigan en estas redes leyendo y compartiendo la siguiente nota.

La trata de personas con fines de explotación sexual en Colombia y el mundo, se presenta con propósitos tanto comerciales como no comerciales. Lo que implica que algunas de las prácticas ilegales relativas a servicios sexuales a las que son sometidos cientos de víctimas, no exigen un cobro por parte de los explotadores. Los demandantes pueden acceder a ellos sin pago alguno.

De los dos modos, comercial y no comercial, los niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres que sufren este flagelo equiparable a un tipo de esclavitud, son tratados como mercancía por sus captores.

Someter a una persona a la utilización de su cuerpo en actividades sexuales representa una grave vulneración a sus derechos humanos y fundamentales. Las redes involucradas en el delito de trata de personas lo hacen indiscriminadamente, para obtener un provecho económico o de otra naturaleza. También suelen ofrecer “servicios” de los que aparentemente no se lucran. Nos referimos a la difusión de contenidos sexuales protagonizados por víctimas menores de 18 años y adultos.

Para entender las diferentes dimensiones y el alcance que este delito abarca, te contamos en qué consiste la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes de carácter comercial y no comercial. De igual manera, mencionamos los escenarios más comunes en los que se evidencia esta realidad.

Explotación sexual comercial

Se define como una forma de violencia sexual en la que uno o varios explotadores se benefician económicamente o de otra manera, al utilizar el cuerpo de personas de diferentes edades, géneros y condiciones sociales para actividades de tipo sexual, su remuneración es negociada con los interesados en abusar de las víctimas.

Son múltiples los contextos en los que esta clase de explotación se presenta, y pocas las iniciativas para denunciar la trata de personas, en parte, por la normalización del delito en muchos de los entornos. Citemos algunos de ellos: contexto de “prostitución” ajena, comercialización de víctimas para abuso sexual y fines adicionales como trabajo forzoso, mendicidad ajena o servidumbre, y creación de contenido explícito o sugerido de niños, adolescentes y adultos en circunstancias sexuales, para su posterior venta a través de la red.

La realidad tras las situaciones de “prostitución” son especialmente preocupantes, pues las redes de trata se ocultan en los establecimientos dedicados a esta ocupación, para justificar sus actividades ilegales, ya que la prostitución no está penalizada en Colombia y puede ejercerse voluntariamente. También, es común presenciar esclavitud sexual comercial en lugares turísticos del país, en donde las víctimas son exhibidas y se comercializan sus cuerpos a extranjeros. Otros de los escenarios frecuentes comprenden las zonas de conflicto armado, los corredores fluviales y carreteables, las zonas fronterizas y los lugares de trabajo extractivo y construcción. En menor medida, se vende material pornográfico a través de medios digitales.

Explotación sexual no comercial

Hace referencia a la utilización del cuerpo de niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres adultos en actividades sexuales incitadas por los tratantes y proxenetas. Estas no generan ganancias monetarias u otro tipo de remuneración, pero atraen ampliamente a los explotadores directos y demandantes sexuales. Suelen presentarse en entornos digitales e incluyen la producción, distribución y almacenamiento de contenidos audiovisuales o en otros formatos, que ofrecen actividades de carácter sexual sugestivo o evidente en los que se involucran tanto menores de edad como personas adultas. 

Este material es conseguido por las redes de trata e individuos que no hacen parte de estas organizaciones, a través de la captación de víctimas o la persuasión para que envíen imágenes, videos, audios o textos de naturaleza sexual, por medio de dispositivos de comunicación. De igual modo, se presenta el grooming como una práctica de explotación sexual no comercial, pues el explotador establece una relación con su víctima con el objetivo de violentarla sexualmente.

La trata de personas en Colombia es un delito con múltiples finalidades y propósitos comerciales y no comerciales, que considera a los seres humanos una mercancía. Mantente informado y atento a las situaciones que pongan en riesgo tu integridad y la de las personas a tu alrededor. No olvides comunicarte con nosotros aquí si conoces algún caso de trata o sospechas que tú o alguien más puede ser víctima de una red.


Articulo tomado de #EsoEsCuento

martes, 9 de octubre de 2018

Seis mitos y realidades de la trata de personas


Respecto a la trata de personas existe un tabú que ha permitido que se difundan mitos en los que los tratantes y captadores se ocultan para cometer sus actividades inescrupulosas, por eso en  #EsoEsCuento te aclaramos las dudas que tengas destapando 6 mitos de la trata de personas con la realidad que lleva este delito en la siguiente nota.

Alrededor de la trata y el tráfico de personas se tejen muchos mitos que pueden sesgar tu percepción de cada delito, tu concepto de las redes y tu pensamiento sobre quienes están en peligro de ser víctimas. Cuando crees en los mitos, tu integridad está en riesgo, pues tu estado de alerta respecto a este flagelo se descuida y te conviertes en una persona vulnerable. Es importante que conozcas la realidad de la trata y descartes los mitos que se entrelazan a ella.

La manera de prevenir el delito de trata de personas es conocer sus finalidades, las modalidades de captación y diferenciar lo falso y lo real de una práctica cruel e ilegal que aqueja a Colombia y al mundo. Estos son algunos mitos y realidades relacionados a la trata de personas.

Mito 1: Todas las víctimas de trata de personas son mujeres

Es uno de los mitos más populares que puedes oír, sin embargo, no lo creas. Las redes de trata de personas no diferencian entre edad, condición social, raza o género. Si eres niña, niño, adolescente, mujer, hombre o adulto mayor, estás en riesgo.

Aunque los registros de la Fiscalía General de la Nación revelan que la población más afectada por este delito en 2016-2017 fueron mujeres y niñas en un 86%, personas del género opuesto y con diferentes rangos de edad, también pueden ser privadas de su libertad y obligadas a ser víctimas de explotación sexual, trabajo forzado, matrimonio servil, mendicidad ajena o extracción de órganos.

Mito 2: La trata de personas tiene como único fin la esclavitud sexual   

La trata de personas se define como el comercio de seres humanos con el propósito de la explotación, esto incluye el aspecto sexual, laboral y la servidumbre. De acuerdo a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la ONG internacional Walk Free Foundation, en 2016 se calcularon alrededor de 25 millones de víctimas de trabajos forzados, y 15 millones de víctimas de matrimonio servil a nivel mundial. El panorama de la niñez en este aspecto es entristecedor, casi el 37% de las víctimas son obligadas a casarse, 21% de ellas son explotadas sexualmente y 18% sometidas a trabajos forzosos.

Mito 3: Los tratantes y captadores son exclusivamente hombres

Las redes de trata y tráfico de personas están conformadas por hombres y mujeres. Creer que solo los hombres están involucrados en esta actividad inescrupulosa, te hace vulnerable frente a las tratantes y captadoras. Desconfía de todo aquel que te ofrezca propuestas de trabajo atractivas en otra ciudad o país, te prometa cumplir tu sueño de viajar al exterior o cambiar tu estilo de vida y situación económica repentinamente. Recuerda que tienes a tu disposición las líneas 122 y 01 8000 52 20 20, gratuitas y confiables, para corroborar las ofertas y denunciar la trata de personas.

Mito 4: Las víctimas de trata son personas con poca educación    

Es una afirmación alejada de la realidad. Las redes de trata ajustan sus ofertas y modalidades de captación de acuerdo al perfil de cada víctima. Aún si eres estudiante de universidad, profesional o cursas un posgrado, estás en riesgo de ser víctima. Este delito no distingue entre educación y analfabetismo, pobreza o riqueza, adultez o juventud, es un flagelo que victimiza por igual.  

Mito 5: Los tratantes son personas que no conoces        

Los integrantes de las redes de trata de personas suelen ser hombres y mujeres carismáticos que se ganan tu confianza para cumplir su cometido final. Su preocupación por ti y tu familia e interés en ayudarte, generará lazos de afecto y amistad que no son sinceros, teniendo en cuenta las verdaderas intenciones de los tratantes.

Mito 6: Pagar por “favores sexuales” a niños, niñas, adolescentes y demás víctimas, mejora su situación económica

La explotación sexual no es un trabajo, es un acto inhumano hostigado por la coerción. Quienes pagan por utilizar sexualmente a las personas, son explotadores que vulneran los derechos de las víctimas y no contribuyen a su bienestar emocional o económico. Los niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres en condición de victimización, viven constantes abusos y están expuestos a situaciones que no consienten.

Si escuchas estos mitos en tu cotidianidad, desmiéntelos. La realidad del delito de trata de personas es diferente. Muchas de las víctimas de tráfico de personas, también pueden verse sometidas a prácticas de esclavitud sexual y laboral en el contexto fronterizo. Mantente atento al riesgo y comparte esta información, la lucha contra la trata de personas requiere del esfuerzo de todos.

Fuente: Ministerio del Interior

Articulo tomado de #EsoEsCuento

martes, 2 de octubre de 2018

Trata interna de personas, víctimas en su propio país


Estar informado puede evitar que las personas caigan en problemas sociales como la trata interna de personas, un delito que afecta a cientos de personas en el país y pretende violentar los derechos de las personas mediante esclavitud sexual, maltrato físico, entre otros; conoce en qué consiste este tipo de trata de personas y no permitas que tú o algún amigo o familiar caiga en estas redes luego de leer la siguiente nota. 

A diferencia de lo que puedas creer, el delito de trata de personas no ocurre exclusivamente al exterior del país. Es una realidad que cientos de niñas, niños, adolescentes y adultos viven dentro de su propia nación. A esta actividad ilegal desarrollada en las regiones de Colombia, se le conoce como trata interna de personas. 

Según el ministerio del interior, la trata interna se define como el desplazamiento de una víctima dentro del territorio nacional con fines de explotación sexual comercial, trabajo forzado, matrimonio servil, mendicidad ajena y extracción de órganos. Se refiere a todos los casos en los que una persona es trasladada fuera de su lugar de origen, tras sugerencia de un explotador que no se identifica como tal antes de llegar al destino final. Las modalidades de captación que emplean los integrantes de una red de trata externa (en la que movilizan a la víctima a otros países) son las mismas que usan en la trata interna, así que mantente alerta al riesgo latente.  

Trata interna, una realidad subestimada

Es importante que sepas que la trata de personas es un delito cercano a ti, presente, probablemente, en tu comunidad, tu entorno más cercano. Aunque para una parte de la sociedad puede tratarse de un tema banal, no lo subestimes. Hacerlo podría convertirte en la próxima víctima.

Muchas de ellas, por desconocimiento o confusión, consideran que su situación no es un caso de trata interna, sin embargo lo es cuando implica restricciones a su libertad, a sus propias normas y a su poder de decisión, cuando obligan a un niño, adolescente o adulto a realizar actos que vulneran sus derechos y van en contra de su voluntad, y cuando los explotadores obtienen provecho económico, o de otra naturaleza, producto de estas actividades.  

Ahora bien, los fines de los dos tipos de trata, tanto interna como externa, coinciden. Son cinco propósitos que violentan los derechos humanos y dejan secuelas lamentables en las personas sometidas, mayormente, a la esclavitud sexual y los maltratos físicos, ofensas y abusos psicológicos que vienen con ella. Además, las víctimas viven el desasosiego causado por la separación familiar y las circunstancias en las que se presenta la explotación sexual comercial.

Casos de trata interna, más comunes de lo pensado

La fuerza que ha tomado la trata interna se debe, en gran parte, a la notoriedad que durante los últimos años ha adquirido la trata externa alrededor del mundo. Un aspecto que ha intensificado los controles fronterizos y las acciones de las autoridades. Los detalles de las modalidades de captación y rutas internacionales, son una de las razones por las que las redes optan por el lucro derivado de la trata interna. Los casos son más comunes de lo esperado, sobre todo, al hablar de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes.  

Las regiones preferidas por los explotadores para sacar provecho económico a través de la trata interna son Risaralda, Valle del Cauca, Antioquia, Atlántico, Magdalena, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Chocó, Caldas, Quindío, Bolívar, Cauca, Huila, Putumayo, Caquetá, Guajira, Guaviare y Cundinamarca.

Protege a tu comunidad, alerta sobre este delito al interior de país y recuerda la importancia de denunciar la trata de personas. La lucha contra las redes que lideran esta práctica ilegal, requiere de todos.


Articulo tomado de #EsoEsCuento

lunes, 1 de octubre de 2018

Pasos a seguir cuando reconoces un caso de trata de personas


La trata de personas es un flagelo que inquieta 21 millones de personas en el mundo según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sus víctimas no distinguen raza, edad, género o condición sexual; si conoces o presientes que una persona es víctima de alguna red de trata sigue estos pasos que te explicamos con detalle en la siguiente nota.

La trata de personas es un delito que está presente en todos los contextos, en las calles, las instituciones educativas, el gimnasio, los lugares en donde te diviertes en familia y con amigos, las redes sociales e, incluso, en tu entorno más cotidiano. Es un fenómeno que acecha, te toma por sorpresa y se disfraza de amor, éxito, amistad o un estilo de vida con lujos. Mantente alerta y comparte esta información. Esto es lo que debes hacer si reconoces un caso de trata.

Conocer la realidad latente y cercana de la trata de personas con fines de esclavitud sexual, explotación laboral, mendicidad ajena, matrimonio servil o tráfico de órganos, es el primer paso para poder reconocer este tipo de situaciones. Las redes de trata son hábiles, buscarán la manera de ofrecerte un futuro de ensueño, no creas en sus cuentos, duda de las propuestas deslumbrantes y aquellas que te obliguen a alejarte de tu familia, tu tierra y tus objetivos de vida. Si percibes que alguien puede estar siendo engañado o, quizá, ya es víctima de trata de personas, acude a esta guía y ayuda a combatir este delito.

Guía para salvar a una víctima de trata de personas

En caso de que presientas que una persona es objetivo de una red de trata, ya sea porque te comentó que consiguió trabajo muy bien remunerado en otra ciudad o país, porque un recién conocido se interesó en ella emocionalmente, porque un “amigo” tiene la solución para sus inconvenientes personales, o porque su sueño de viajar se hará realidad en un abrir y cerrar de ojos gracias a una agencia de empleo, turismo o la invitación de un amable anfitrión que cubrirá los gastos, sigue los siguientes consejos:

1.    Adviértele. Háblale con franqueza del flagelo que inquieta a 21 millones de personas en el mundo*. Explícale que el delito no tiene distinción de género, edad, clase social, raza o lugar de origen. Aunque bien es cierto que la mayor parte de los afectados son mujeres, niñas y adolescentes, los hombres, las minorías étnicas y la comunidad LGBTI también es vulnerada. Hazle saber que la trata es un fenómeno que puede afectarnos a todos, a quienes creen que no serán víctimas, a quienes no están prevenidos. Indícale que el riesgo es omnipresente, puede estar muy cerca de ti y los tuyos, en los colegios, las universidades, las oficinas, los bares, los centros comerciales, en lugares y contextos que hacen parte de tu cotidianidad, abrir los ojos ante las señales de estar ante una posible red de tratantes es fundamental. 

2.   Insiste en verificar la veracidad de las propuestas. Indaga junto a esa persona qué tan ciertas son las ofertas, analízalas con cabeza fría y la ayuda de profesionales que día a día trabajan en contra de las redes de trata de personas. ¿Cómo puedes hacerlo? Comunicándote a las líneas gratuitas 122 o 01 8000 52 20 20. Dudar no está mal, por el contrario, puede cambiar tu futuro. Es muy importante corroborar la información y estar seguro de que el viaje que emprenderás es uno sin un riesgo latente de perder tu autonomía y libertad personal.

3.    Reporta el caso. Denunciar la trata de personas es vital, pues el reporte se convierte en parte de una investigación para erradicar las redes y evitar nuevos casos o víctimas. Son múltiples las entidades a las que puedes acudir. La Fiscalía dispone de Unidades de Reacción Inmediata, Casas de Justicia, Centros de Atención e Investigación Integral a las Víctimas de Delitos Sexuales y Centros de Atención Penal Integral a Víctimas en Bogotá, la zona rural y demás ciudades. No lo dudes, llama y reporta el caso.

Sigue este último consejo si crees que alguien a quien conoces es una víctima más. Tomar acciones puede salvar muchas vidas y restituir la libertad a cientos de mujeres, hombres, niños y adolescentes que sufren este flagelo.

*Cifra informada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en julio de 2016.        


Articulo tomado de #EsoEsCuento

jueves, 27 de septiembre de 2018

Niños, ancianos y minorías, víctimas de la mendicidad ajena


El pavimento exhala un calor impregnante que los conductores de la agitada ciudad perciben dentro de sus autos. Es un día soleado y desgastante que decenas de niños, miembros de comunidades étnicas, ancianos y personas en condición de discapacidad, deben soportar sin alimento, agua o, en algunas ocasiones, zapatos, mientras piden dinero a los transeúntes y conductores. Ellos son víctimas de trata de personas con la finalidad de mendicidad ajena.

El Zarco, como llaman al hombre que los ubica en diferentes vías, puentes y andenes de la ciudad, vive de la explotación de personas vulnerables: menores de edad, hombres y mujeres en su vejez, con problemas de salud o desplazados de sus regiones. Los días de este tratante transcurren entre las calles, vigilando a quienes él considera su mercancía. A cambio de unas cuantas monedas, el Zarco convence a sus víctimas o a los familiares de ellas para que supliquen por dinero. El monto que los niños y demás personas logran reunir, es reclamado cada tarde sin falta alguna.

El lucro por medio de la mendicidad tiene su fundamento en la inspiración de lástima, por ello las víctimas suelen ser parte de grupos sociales percibidos como indefensos. Es así como Mariana y Daniel terminaron siendo parte de este fenómeno. Por un lado, la niña de 12 años fue atropellada por un motociclista borracho que no se detuvo a auxiliarla, a causa del accidente, una lesión visible en su rodilla se convirtió en el principal instrumento para generar pena y conseguir dinero. El Zarco conserva la mayor parte de las “ganancias” y entrega el sobrante a sus padres, quienes, lastimosamente, están de acuerdo.

Por otra parte, Daniel es utilizado para la mendicidad debido a una limitación cognitiva que no le permite comunicarse ni moverse bien. Sobre su regazo reposan galletas y dulces que ofrece a las personas en la calle, quienes suelen compadecerse de su situación y pagar más de lo esperado por los alimentos. Aunque Daniel ya es mayor de edad, su familia lo somete a este delito de trata de personas, guardando una mínima parte del efectivo que le es regalado.

Los ciudadanos son emotivos y caritativos al advertir que una persona está en condición de vulnerabilidad en las calles. Su instinto es el de ayudarlos a través del dinero que guardan en sus bolsillos. Aunque para muchos este es un acto de generosidad y altruismo, en realidad se trata de una contribución monetaria a las redes de trata de personas, individuos inescrupulosos que se dedican a la mendicidad ajena.

Poner la lupa sobre esta situación es imperativo. La cotidianidad retrata casos como el de Mariana y Daniel en cada semáforo, rincón, cruce peatonal y plaza de las ciudades y sus poblaciones aledañas. El negocio es rentable para el Zarco y tantos delincuentes más que toman ventaja de los infortunios de otros y que, incluso, les exigen acentuar el hambre, la sed, el dolor y el desamparo, con el objetivo de recibir más efectivo.

Luchar contra esta finalidad de trata de personas es una tarea de todos. No contribuyas al lucro de los criminales y reporta estos casos que vulneran los derechos de muchos. La manera de ayudar a las víctimas de mendicidad ajena es alertando a las autoridades.


Articulo tomado de #EsoEsCuento

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Esta es la realidad que viven las víctimas de trata de personas


La trata de personas está íntimamente relacionada a la violación de todos los derechos humanos que incluye violencia física, psicológica y sexual, así como hacinamiento y pésimas condiciones de vida. Es por ello que no queremos que caigas en las redes de estos abusadores. Conoce la realidad en la que viven las víctimas de trata de personas en la siguiente nota.


La trata de personas es un delito atroz que vulnera los derechos de miles de niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres víctimas en nuestro país y alrededor del mundo. Las situaciones a las que son sometidos y expuestos por las redes de trata y explotadores, dejan grandes heridas en sus cuerpos, mentes y vidas. Conoce la realidad que enfrentan las víctimas de trata con fines de esclavitud sexual, trabajo forzado, matrimonio servil, mendicidad ajena y extracción de órganos.

Ya sean casos de trata interna (dentro del territorio nacional) o trata transnacional (en el extranjero), los sucesos por los que pasan las víctimas son los mismos. Si algún día una red de trata te engaña y convence de dejar tu hogar bajo la promesa de mejorar fácilmente tu estilo de vida, tu situación económica o cumplir tu sueño de viajar al exterior, pasarás por esto:  

Te privarán de la libertad: Las redes de trata tomarán control sobre tu cuerpo y voluntad. Después de lograr que llegues a tu destino con expectativas y propósitos contrarios a la realidad, te retendrán en un establecimiento dedicado a la explotación sexual, al tráfico de órganos o al trabajo forzado. Te vigilarán constantemente para evitar que escapes o puedas comunicarte con personas que no participen en las actividades ilegales. Tus desplazamientos serán controlados e imposibilitarán que regreses a casa cuando lo deseas. Para ellos eres mercancía de la que obtienen provecho.

Los explotadores te arrebatarán tu libertad, aun cuando te hicieron creer en un principio que se preocupaban por tu bienestar y el de tu familia, o que eran buenos amigos con contactos que te ayudarían.   

Vivirás en hacinamiento y condiciones insalubres: Tu bienestar no es un aspecto que interese a los explotadores. Ellos no invierten en comodidades o espacios salubres en los que puedan descansar sus víctimas. Por el contrario, te encontrarás con habitaciones en las que se vive en hacinamiento. Junto a ti, estarán muchas más personas en contra de su voluntad, niños, niñas, adolescentes y adultos engañados por las redes de trata.

No te permitirán comunicarte con tus familiares: El delito de trata de personas te empuja a dejar tus raíces, tu tierra, tu familia y tu rutina para posteriormente, restringirte de todo intento y medio de comunicación con tus seres queridos, tus amigos, las autoridades o personas ajenas a las situaciones que vulneran tus derechos. Te despojarán de tus pertenencias, tu teléfono celular y otros dispositivos electrónicos. Será difícil tener acceso a Internet o líneas telefónicas, ya que te vigilan y mantienen en encierro.

Sufrirás de violencia física, psicológica y sexual: Es una situación lamentable que sufren a diario las víctimas de trata de personas. Los insultos, ofensas, amenazas, golpes y abusos sexuales son actos cometidos repetitivamente y sin remordimiento por los explotadores. Las víctimas de explotación sexual viven estas transgresiones numerosas veces en su cotidianidad, por parte de los tratantes y de quienes pagan por abusar de ellas.

Tus documentos serán retenidos: Los documentos que te identifican tanto al interior del país como al exterior, serán guardados por los explotadores junto al resto de tus pertenencias. Si eres víctima de trata transnacional, también retendrán los tiquetes que aseguran tu regreso a casa, debilitando tu voluntad y esperanzas por huir de tus captores.


Te obligarán a consumir sustancias psicoactivas: Es una de las maneras que utilizan los explotadores para doblegarte e impedir que no accedas a sus intenciones. Esta situación puede repercutir en enfermedades y adicciones que afectarán tu calidad de vida.

La realidad de las víctimas de trata de personas es muy diferente a la que alguna vez les hicieron creer sus captadores, es una realidad dolorosa, lejos de la familia y los amigos, en donde se viven agresiones y no se tiene libertad. No viajes en situación de riesgo, valida las ofertas de trabajo, infórmate sobre la trata y solicita ayuda a través de las líneas gratuitas 122 y 01 8000 52 20 20.


Articulo tomado de Eso Es Cuento

Colombia, un país víctima de la trata de personas


La trata de personas afecta a cientos de personas alrededor del mundo, se estima que mueve alrededor de 700.000 personas al año por 500 rutas internacionales, en Colombia estas cifras no son nada alentadoras, la trata de personas posiciona al país en el tercer lugar de naciones más afectadas en América Latina, lo que convierte al país en víctima de la trata de personas. Conoce más detalles de este problema social en la siguiente nota.

El panorama del delito de trata de personas en el mundo es alarmante. Los esfuerzos de los gobiernos en los países de origen, tránsito y destino de trata, para prevenir y enfrentar esta actividad ilegal no cesan, sin embargo, existen algunas naciones gravemente impactadas. En Latinoamérica, Colombia es uno de los territorios más afligidos con numerosas víctimas. Actualmente, la Fiscalía General investiga por lo menos 488 casos de trata que corresponden al año 2016, 2017 y hasta el mes de abril de 2018, según datos del área de prevención de delito y de justicia de la ONU.

La cifra en el territorio nacional preocupa, los rostros de la esclavitud moderna van en aumento y no es posible calcular su totalidad, pues no hay precisión en los registros. Sólo se mencionan aquellos casos denunciados o de los que se tiene conocimiento. Lo más grave del asunto es que las víctimas son incontables. De acuerdo al último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la trata de personas mueve al año alrededor de 700.000 seres humanos por más de 500 rutas internacionales. Este fenómeno de esclavitud moderna se ha tomado el planeta y afecta a cientos de colombianos: mujeres, hombres, niños, adolescentes y ancianos.

La trata de personas es considerado el tercer delito más lucrativo en el mundo, superado por el narcotráfico y el tráfico de armas. En Colombia, las diferentes redes de trata captan a víctimas tanto hacia el interior como hacia el exterior del país, hombres, mujeres y niños privados de su libertad, agredidos físicamente o sexualmente, alejados de sus familias y comercializados con fines de explotación sexual, trabajo forzado, mendicidad ajena, matrimonio servil y extracción de órganos. 

Colombia, país de origen de víctimas

La trata de personas en Colombia es un delito que posiciona al país en el tercer lugar de naciones más afectadas en América Latina, detrás de República Dominicana y Brasil, según el equipo de la Corporación Espacios de Mujer. Habitantes de todas las regiones se ven afectados, especialmente  mujeres y niñas de 19 zonas: Risaralda, Valle del Cauca, Antioquia, Atlántico, Magdalena, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Chocó, Caldas, Quindío, Bolívar, Cauca, Huila, Putumayo, Caquetá, Guajira, Guaviare y Cundinamarca. 

Estas zonas son las preferidas por las redes de trata para originar víctimas que, según datos de la Fiscalía General, son en su mayoría explotadas sexualmente. El 86% de las personas que sufren este flagelo son mujeres y niñas de diferentes razas, condiciones sociales y edades. El 14% restante corresponde a víctimas hombres.

Los principales destinos de trata dentro del territorio nacional son los departamentos de Cundinamarca, Norte de Santander, Santander y Atlántico, de acuerdo a datos de la Alta Consejería para los Derechos Humanos en 2017. A nivel internacional, los principales destinos de explotación en el exterior son países de Europa, Latinoamérica y Asia, como España, República Dominicana, China, Japón, Chile, Ecuador, México, Argentina, Panamá, Paraguay, Emiratos Árabes, Perú y Turquía.

Aunque las finalidades de la trata de personas son múltiples, la explotación sexual en Colombia es la más demandada y lucrativa para las redes de trata.

El informe de trata de personas del 2017 realizado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, afirma que el Gobierno del país cumple con los estándares mínimos para la eliminación de la trata, diversas instituciones unen sus esfuerzos para combatir este negocio ilícito, fortaleciendo la coordinación interna para la identificación, investigación y judicialización de los tratantes. Su análisis de la situación que afronta Colombia en materia de trata de personas, deja entrever la necesidad de continuar con una estrategia que involucra a todos los ciudadanos para tomar acciones en contra de este delito. Es indispensable informar, prevenir y denunciar para desintegrar las redes, evitar más víctimas y salvar a quienes ya lo son.

Articulo tomado de #EsoEsCuento

Cómo evitar la trata de personas: redes de apoyo y prevención

La trata de personas es un delito cuyas víctimas pueden ser todo tipo de personas y la mejor forma de evitar caer en estas redes es me...