miércoles, 29 de agosto de 2018

¿Cómo reconocer a un captador de trata de personas?



Los delincuentes que captan a hombres y mujeres en todo el mundo para trata de personas tienden a buscar la manera de ganar tu confianza, por ello debes conocer el perfil y la forma de actuar de estas personas para que no caigas en las redes de trata del mundo. Conoce como identificarlos y qué debes hacer en caso de identificar a uno en la siguiente nota.

Una persona carismática y sonriente se acerca a ti con buenas intenciones, aparentemente. Se gana tu confianza, dice preocuparse por tu bienestar, te pregunta sobre tu situación económica, el futuro de tu familia y tus sueños. Entonces busca maneras de ayudarte a solucionar los problemas que te inquietan, te ofrece la oportunidad perfecta para mejorar tus condiciones de vida y te convence de aventurarte a otra ciudad o país. Tú la aprecias, la consideras tu amiga, pero en realidad es un captador, una persona que pretende convertirte en una de las miles de víctimas de trata de personas que, lamentablemente, hay en el mundo.

Las redes de trata están compuestas por hombres y mujeres que, en un primer momento, se esconden bajo una máscara de amistad para enterarse de tus necesidades y preocupaciones. Después, piensan en una propuesta tentadora que te será difícil rechazar. Cuando te persuaden y aceptas, te acompañan en los trámites de viaje y te proporcionan dinero en condición de “préstamo”. Se convierten en parte fundamental en tu instalación en el nuevo destino, organizan todo y te contactan con quien te ayudará o empleará. Te engañan y tratan con fines de explotación sexual, trabajo forzado, matrimonio servil, mendicidad ajena o extracción de órganos.

Analizar y corroborar las promesas y ofertas de trabajo es necesario, puede evitar que te victimicen, expongan a malos tratos, priven de la libertad y de tu voluntad. Comunicándote a las líneas gratuitas 01 8000 52 20 20 o 122, sabrás qué tan reales son las propuestas mágicas por las que estás dispuesto a dejar atrás tu tierra y familia. Debes ser precavido y estar atento a las señales que indiquen que tu “amigo” es, en verdad, un captador.    

Perfil de un captador

Un captador es como un camaleón, cambia de acuerdo a su entorno, adaptándose a las circunstancias que percibe. Según las características de su próxima víctima, sus necesidades y aspiraciones, el tratante se presenta como una persona de negocios, un sujeto con mucho éxito o un vecino más con contactos útiles. Los captadores encarnan múltiples personajes que tienen algo en común, un carácter encantador. Son hombres y mujeres, simpáticos, persuasivos y locuaces.

Medios de contacto

La era digital y su protagonista, Internet, ha facilitado que los captadores incursionen en el mundo virtual para contactar y engañar a sus víctimas. Las redes sociales son una de las puertas que, constantemente, golpean los tratantes a través de perfiles falsos. A pesar del auge de estas colectividades en la red, el contacto presencial sigue siendo muy común, mujeres y hombres son captados en agencias de modelaje, empresas de viajes, salones de belleza y establecimientos comerciales.

Otro modo de captación empleado son los clasificados de prensa, en los que resaltan oportunidades laborales para modelos, actores y actrices, impulsadores, meseros, empleados domésticos e, incluso, empresarios. Los salarios son astronómicos, las condiciones de trabajo de ensueño y, en ocasiones, no se requiere experiencia. ¡Sospecha!

Aunque todos podemos ser víctimas de trata si no tomamos las medidas de prevención adecuadas, los grupos en situación de vulnerabilidad, tales como; mujeres, niños, niñas, adolescentes, miembros de la comunidad LGTBI, minorías étnicas y personas en condición de extrema pobreza, se ven gravemente afectados por el delito de trata. En algunos casos no hay contacto ni captación, hay secuestros. La explotación sexual de niños, niñas y adolescentes es una triste realidad que debemos combatir juntos.

Los captadores no tienen preferencias de edad, género o condición social, por ello cualquiera puede ser una víctima. Ser consciente del fenómeno y estar alerta es el primer paso para luchar contra las redes de trata.

A diferencia del tráfico de personas, la trata no termina una vez llegas a tu destino o cruzas una frontera. Es una situación que puede tardar años y dejar heridas físicas y emocionales profundas. Ten cuidado, tu libertad, felicidad y cercanía a tu familia no tienen precio. Comparte esta información con tus seres queridos, amigos y conocidos. Cuida de ellos y asegúrate de que viajen con certeza y seguridad.

Articulo tomado de #EsoEsCuento

lunes, 27 de agosto de 2018

Memorias de una víctima de explotación sexual

Agosto de 2014, Fortul, Arauca.

Catalina Rodríguez Pérez camina hacia el salón de belleza en el que trabaja temporalmente, a sus 23 años, la peluquería es el oficio que le da el sustento de cada día. De hecho, se lo da a ella, su mamá y su hermana pequeña.

Desde que era pequeña, Catalina solía idear maneras honradas de obtener dinero y ayudar a costear los gastos del hogar. Cuando cursaba séptimo grado en el colegio, la difícil situación económica que atravesaba su familia la llevó a abandonar sus estudios y a aprender a peinar, cortar el cabello y tinturar.

La remuneración a su trabajo de peluquera le permitió brindarle tres comidas diarias a su mamá y hermanita, más no muchas comodidades. Los tiempos seguían siendo arduos, el costo de vida aumentaba cada año y Catalina planeó conseguir otro trabajo. Con esfuerzo y un mejor salario, sus preocupaciones se disiparían, pensaba para sí misma.

Uno de sus amigos peluqueros, William, le había comentado tiempo atrás la contratación de mujeres atractivas en un restaurante bar en la ciudad de Bogotá. La labor a desempeñar: ser mesera y atraer clientes al lugar.

Catalina, confiando en la palabra de su conocido y esperanzada por la promesa de un buen salario, decidió viajar a la capital y aceptó un préstamo suyo. Destinó el dinero a la compra del pasaje y a los primeros días de hospedaje. ¿Quién la acogería? La señora Flor Martínez, una proxeneta de mujeres que solían llegar engañadas y en busca de trabajo al bar que llevaba su nombre, Doña Flor.

Septiembre 2 de 2014, Bogotá.

Catalina se había despedido con nostalgia de su mamá y hermana, las mujeres que la impulsaban a buscar un futuro mejor. Después de 10 horas y 8 minutos de viaje por carretera, había llegado a Bogotá.

La señora Flor la recibió en lo que parecía ser un gesto de amabilidad. Sin embargo, la verdad era otra, Catalina se había convertido en una víctima más de las numerosas redes de trata de personas en Colombia, sería dentro de poco, víctima de explotación sexual.

Al llegar al bar en el caótico Siete de Agosto, la realidad la abrumó. No existía un trabajo de mesera o anfitriona, sería obligada a comercializar su cuerpo.

Las reglas se le explicaron contundemente. Primero, debía lograr que quienes la explotaran sexualmente consumieran licor y droga en gran cantidad. Segundo, el dinero que los prostituyentes pagaran por unas horas con ella sería utilizado para saldar su deuda con William. Tercero, debía traficar droga. Cuarto, debía obedecer, de lo contrario se le impondrían multas.

Septiembre 3 de 2014, Bar Doña Flor

Catalina ha sido amenazada, si no cumple con las exigencias de Flor, su hermana y mamá serán agredidas por William. Para ella no hay opción, cree que debe soportar los abusos sexuales y cumplir las exigencias para proteger a su familia.

Ese día, inicia su infierno como víctima de uno de los tipos de trata de personas más crueles y comunes: la explotación sexual.

No creas que no hay salida a las situaciones de trata o tráfico de personas, un llamado de auxilio a las líneas nacionales e internacionales puede salvar vidas. ¡No estás sola!

 *  Los nombre y los lugares fueron cambiados por seguridad de los testigos.

Articulo Tomado de #EsoEsCuento

Conoce la historia de Trinita

Trinita, toda una vida como víctima de trata de personas

La trata de personas en Colombia es una situación común que desconocen aún muchos ciudadanos. Visibilizar el problema y denunciar cualquier tipo de comercialización del ser humano, hará la diferencia en sus vidas.

El delito de trata victimiza a niños, jóvenes, adultos y ancianos por igual. Éste es un testimonio real de una víctima de trata de personas por 44 años. Conoce la historia de Trinita:

El día en que Lucía conoció a Trinidad fue hace poco más de una década. En ese entonces, la ingeniera ambiental no advirtió la situación de vulnerabilidad de “Trinita”, una anciana amable y sonriente que frecuentaba el mismo supermercado de Lucía para comprar los víveres, pero en condición de empleada doméstica a los 82 años. 

En tantos encuentros de pasillo, Lucía llegó a conocer a Trinita. Escuchó de su boca la historia de su juventud en Pauna, Boyacá, en donde su padre y madrastra la maltrataban. Cansada de las situaciones en casa, la joven Trinidad contactó a un sacerdote en Chinquinquirá quien la ayudó a salir del municipio.

La familia bogotana que la recibió por recomendación del padre fue la de los Navarro, personas que la trataron bien, remuneraron económicamente su trabajo en el hogar y le dieron cada domingo libre para que saliera a divertirse. Fueron tiempos buenos que llegaron a su fin cuando se mudaron a Estados Unidos en 1971. Como consecuencia de esta decisión, Trinita tuvo que acogerse a una nueva familia en el barrio La Soledad.

Su nuevo lugar de trabajo se caracterizaba por la riqueza, era una familia opulenta con empresas a lo largo y ancho de la ciudad y con una hacienda cerca a Jericó en la que se contaban 300 cabezas de ganado. Trinita trabajaba para sus “patrones” y los hijos, preparando las comidas y ayudando en los oficios del hogar.

Cuando el padre de la familia murió, la señora de la casa la llevó a un apartamento en Cedritos, allí continuó con sus labores domésticas, pero en condiciones diferentes:

-  Dejó de recibir dinero por su trabajo, su paga se convirtió en el techo y la comida.

- No podía salir del hogar sin autorización y no contaba con días de descanso, solo cinco horas durante la semana.

- El acceso a alimentos era restringido.

- Su derecho a atención médica fue negado.

- Era constantemente agredida por capricho de su explotadora laboral.

Trinita, después de varias décadas, se veía de nuevo en una situación similar a la de su adolescencia. Sin documentos, maltratada, pero aún aferrada al hogar que había conocido durante los últimos 44 años de servicio, soportaba las circunstancias en ese edificio de ostentoso nombre italiano. 

Lucía recuerda que no había rencor en el corazón de Trinita, por el contrario, su actitud era amigable con los vecinos, a pesar de las órdenes y prohibiciones para no relacionarse con nadie. En ocasiones encerrada cuando la señora de la familia viajaba en las vacaciones, Trinidad sobrellevaba sus días.

Hubo algunos hechos que marcaron su vida y estadía en un apartamento de abundantes riquezas, pero de propietarios pobres en principios. Los quebrantos en su salud se agudizaron en esa vivienda, su peso no era mayor a los 40 kilos, sus dolores se potenciaron sin el acceso a medicamentos, las heridas producto de una descarga eléctrica no sanaron y no recibió oportuno tratamiento para el cáncer de linfoma de Hodgkin que la dejaba tan débil, como para moverse.

Trinita a sus 82 años no gozaba de una vejez digna y tranquila, como es debido. Era, sin saberlo, una víctima más de trata de personas y trabajo forzoso.

Historias como la de Trinita son más comunes de lo que crees. Si vives o conoces un caso similar, ¡denuncia! Una llamada puede salvar vidas.

*  Los nombre y los lugares fueron cambiados por seguridad de los testigos.

Articulo tomado de #EsoEsCuento

La historia de Lucía, la libertad no tiene precio

La libertad no tiene precio

La necesidad económica y el deseo de darle a su hijo todo, fueron las razones por las que una joven mujer colombiana decidió aceptar la propuesta de un desconocido y viajar fuera del país con la intención de mejorar su situación. Al llegar a su destino fue despojada de sus posesiones y su libertad, su voluntad le pertenecía ahora a una red de tráfico de personas. Su mundo se derrumbó, mas no la ilusión de regresar con su familia. 

A temprana edad, la protagonista de este testimonio tuvo que afrontar la responsabilidad de alimentar, vestir, educar y dar cariño a un hijo que sólo la tenía a ella, su mamá. Angustiada por cubrir los gastos del día y sin apoyo del padre, encontró tentadora la propuesta de un hombre que, como si fuera un salvador, le habló de la posibilidad de trabajar en el exterior ganando el dinero que la sacaría a ella y su familia de los penosos momentos por los que pasaban. Entusiasmada con la idea, esta joven mamá decidió que aventurarse por un tiempo al exterior y regresar a su hogar con los frutos de su trabajo y la promesa a una vida mejor, era la mejor opción.

Jamás imaginó que su sueño se vería trastocado por una red de tráfico de personas que la sometería y explotaría sexualmente. Esa fue la realidad con la que se estrelló al llegar a su destino. “Ellos me encerraron, me prostituyeron”, recuerda con tristeza. No rememora todos los momentos duros por los que pasó o las incontables experiencias de abuso que sufrió, tampoco desmenuza como sobrellevó cada día a kilómetros y horas de distancia de su hijo, sin su familia, su tierra y su felicidad.

El recuerdo que permanece en su cabeza es el de sus amigas y compañeras de realidad. “Habían muchas muchachas en mi situación, secuestradas por una banda de trata de personas”. Todas fueron vendidas a individuos inescrupulosos cuyo trabajo era lucrarse de las desgracias de mujeres ingenuas, que llegaron con expectativas diferentes.

Aunque el mundo de la joven víctima colombiana se había derrumbado, aún existía la ilusión de regresar con su familia y compartir junto a su hijo. Los explotadores la habían despojado de su libertad y poder de decisión, mas no de su voluntad por escapar de las manos de sus captores. Por ello contactó a un amigo en Colombia que, a su vez, solicitó ayuda de un cónsul para liberar a todas las víctimas y regresarlas a sus orígenes. Antes de que esto ocurriera, la colombiana encontró la brecha para salir de su hacinamiento y no dar vuelta atrás.

Su llamado de alerta y testimonio hicieron posible que los integrantes de la red de tráfico y explotación de mujeres que la tenían en su poder, fueran privados de su libertad y sancionados por la ley. Su historia ahora es feliz, a pesar de no contar con millones de pesos, porque, en sus palabras, “hay cosas más importantes que la plata. La autoestima, la familia y los sueños de una mujer no tienen precio”.

Recuerda, ¡no estás sola! Una llamada a las líneas de atención puede cambiar tu destino, liberarte y salvar tu vida.

*  Los nombre y los lugares fueron cambiados por seguridad de los testigos.

Articulo tomado de #EsoEsCuento

Amalia, sometida a la servidumbre por 12 años


La trata de personas es un problema social que está presente en todos los lugares del mundo y nadie está exento de caer en esta problemática; Amalia desde muy pequeña fue víctima de trata de personas y hoy te cuenta su historia para que no te pase a ti, conoce su relato completo en la siguiente nota.     

Cuando Amalia tenía tan solo cuatro años de edad, fue entregada por su madre al alcalde militar de Anzoátegui en Tolima. Era el año 1963 o 1964 y su mamá, bajo falsas ilusiones, creyó que su hija estaría mejor con una familia de recursos económicos altos, quienes cubrirían sus estudios, la alimentarían y brindarían comodidades que ella no podía.


La verdad, es que los pensamientos de la mamá de Amalia se alejaban abismalmente de la realidad. El entonces alcalde, Vitaliano Sánchez Castañeda, la llevó hasta Bogotá y la dio al cuidado de su suegra, la señora María Odilia. Ella tomó a la niña por esclava, la obligó a servirle y a realizar los oficios del hogar desde tan pequeña, le arrebató su infancia y también su juventud. Durante los doce años siguientes, Amalia fue sometida a la servidumbre por parte de esa mujer y de la familia Beltrán de Sánchez.

Cocinar, lavar, planchar y limpiar, eran las tareas que la pequeña Amalia debía realizar. Así lo hiciera bien, siempre era maltratada e insultada, se le castigaba y ofendía por la condición humilde de su origen, el campo, un lugar del que poco recuerda. Hasta la edad de 16 años, Amalia fue explotada laboralmente, golpeada, herida emocionalmente, torturada y abusada sexualmente por miembros de la familia, que la pedían en “préstamo” para que aseara sus casas.

Amalia no asistió al colegio jamás, sin embargo aprendió a leer por su cuenta, así lo recuerda Mónica, hija de Vitaliano y Eunice, quienes esclavizaron sin reparo alguno a la niña de origen campesino. Mónica presenció los abusos sin entender por qué ocurrían, porqué sus padres -y victimarios de Amalia- se comportaban tan cruelmente con su hermana adoptiva. Era menor que ella y recuerda un sinfín de vejámenes que dejaron cicatrices profundas en un ser inocente.

La familia Beltrán Sánchez robó la identidad de Amalia una vez ella fue trasladada a la capital. La nombraron Nohemí. Durante más de doce años Amalia no conoció su nombre, no supo nada de su familia, no tuvo documentos que la identificaran y desconoció el mundo. A principios de los años 70, logró escapar de la casa de sus victimarios con la ayuda de una joven vecina. Mucho tiempo después, en el año 2011, decidió contar su historia a las autoridades y denunciar a los responsables de más de una década de maltratos.

Amalia interpuso una acción de tutela contra Vitaliano y Eunice por la vulneración a sus derechos  fundamentales a la familia, la identidad, la libertad, la educación y la dignidad humana. Fue reconocida por La Corte como víctima de trata de personas y esclavitud, y se ordenó que se le reparara por el daño psicológico. 

A sus 50 años Amalia quería justicia y saber tres cosas. Primero, la verdad sobre las circunstancias bajo las cuales el alcalde logró captarla y apartarla de su pueblo, su familia y sus raíces. Segundo, conocer su nombre real y, tercero, el de su madre para poder encontrarla.

La historia de Amalia es una de tantas que existen en nuestro país y alrededor del mundo. Fue víctima de más de una finalidad de la trata de personas y perdió años valiosos de su existencia. Después de contar su historia, está reconstruyendo su vida.

Tomado de #EsoEsCuento



martes, 21 de agosto de 2018

Conoce las finalidades y modalidades de captación de la trata de personas


Los captadores y tratantes de las redes de trata de personas suelen ganar la confianza de su víctima y proponerles ofertas tentadoras que “mejorarían” su calidad de vida. Los engaños no tienen límites, el trabajo, la familia, el amor, la fama, el dinero y los viajes son algunos de los temas que abordan los explotadores para convencer a niñas, mujeres y, en menor medida, hombres a viajar fuera de su lugar de origen o país.

Las redes de trata alrededor del mundo se lucran de numerosos delitos que hacen parte de este fenómeno. Dichas actividades ilegales son conocidas como finalidades. En esta nota te hablaremos de los diferentes fines de la trata de personas, los acercamientos más comunes de los tratantes, sus falsas promesas y modalidades para alcanzar su cometido.

Empecemos con las finalidades del delito, es decir, el propósito por el cual una víctima es captada, traslada y acogida por un explotador en el interior o exterior del país. Podemos numerar cinco tipos de trata de personas:

  • Explotación sexual: Comprende la prostitución ajena, el turismo sexual, la esclavitud sexual, la pornografía y la comercialización del cuerpo de una persona bajo coacción. Las víctimas son privadas de su libertad y arrebatadas de su voluntad, se ven obligadas a sostener actos sexuales no consentidos con explotadores que pagan a los tratantes por minutos de compañía y abuso.

  • Matrimonio servil: Por lo general existe un vínculo afectivo por parte de la víctima hacia una persona que dice quererla, sin embargo, su intención es someterla a la explotación doméstica y abusos de carácter físico, emocional y sexual. La violencia y el aislamiento dentro de una vivienda son factores comunes de esta finalidad. En un principio, el abusador enamora a su víctima (en la mayoría de ocasiones a través de redes sociales), la invita a su ciudad o país, le propone matrimonio y la somete al matrimonio servil.

  • Trabajo Forzado: Se refiere a la imposición de un trabajo. No hay acuerdos laborales, salario, buenas condiciones, beneficios, horarios, tiempos de descanso ni respeto por la persona. Las maravillosas ofertas laborales con montos de dinero astronómicos, como retribución a un oficio que suele no requerir conocimientos o experiencia, son un cuento más de las redes de trata.

  • Extracción de órganos: Esta finalidad pretende trasladar a la víctima a otra región o nación de destino para remover de su cuerpo órganos que luego son comercializados en el mercado ilícito. El tráfico de personas bajo este fin se conoce también como turismo de trasplantes, personas enfermas en busca de un órgano sano suelen contactar a las redes para encontrarlo. 

  • Mendicidad ajena: Las víctimas son sometidas a maltrato y amenazadas para que pidan dinero en las calles de Colombia o de otras ciudades del país y el mundo. Las monedas y billetes que logran recaudar son arrancados de sus manos por parte de los tratantes.

 El delito de trata de personas victimiza aproximadamente a 700.000 niños, mujeres y hombres por año en todo el planeta. Recuerda que las redes de trata no distinguen edad, género, nacionalidad, estrato o aspecto físico. Su objetivo es lucrarse a costa del engaño y sufrimiento.

Si te proponen trabajo fuera de tu ciudad y costean los gastos del viaje, si te quieren contratar como mesera o empleada doméstica por una suma de dinero asombrosa, si conoces a una persona especial por Internet y paga los tiquetes para que vayas hasta su lugar de residencia bajo una promesa de amor eterno, si alguien ofrece llevarte al exterior para cumplir tu sueño de viajar, o si el idioma que desconoces no es un impedimento para ganar bien en un trabajo en el exterior, posiblemente estén intentando captarte en una red de trata.

Desconfía de las propuestas que parecen mágicas y corrobora su veracidad en las líneas gratuitas 01 8000 52 20 20 o 122. No viajes en situación de riesgo, alerta a tus seres queridos y conocidos sobre las modalidades del tráfico de personas y mantente atento. Luchar contra este delito mundial es cuestión de todos. 

Articulo tomado de #EsoEsCuento

¿Qué debes hacer si eres o estás en riesgo de ser víctima de una red de trata?


Una víctima de trata de personas es cautivada por excelentes ofertas de trabajo en el exterior con muy buena remuneración, por esto, si sientas o sabes de alguien que podría ser víctima de este atroz crimen, lee esta nota y conoce que deberías hacer en dichos casos.

Las técnicas que los tratantes usan para captar a una persona y convertirla en víctima de su red de trata con fines de explotación sexual, trabajo forzoso, esclavitud o matrimonio servil, son múltiples. Quienes se lucran de este delito suelen adaptar sus métodos a las condiciones de la víctima, perfilando sus necesidades, las más comunes en busca de dinero y posibilidades de trabajo.

En estos casos, es necesario reconocer las propuestas y promesas engañosas para reaccionar ante estas inconsistencias. Si te proponen una “oportunidad única” para hacer realidad tu sueño de viajar al exterior, si te ofrecen un sueldo astronómico por trabajar como mesera o en oficios domésticos, si pagan los costos de tu viaje (tiquetes, pasaporte y visa) o si quieren contratarte en un país lejano cuyo idioma no conoces, ¡sospecha!, ¿Quién presta dinero sin ninguna garantía?.

En un principio, los tratantes buscaban mujeres blancas, altas y de ojos claros para explotarlas sexualmente en países de Asia, por ello se conocía esta práctica ilegal como trata de blancas, sin embargo, en la actualidad, no hay distinción racial, de edad ni de género. Todos podemos ser víctimas de trata de personas, así que debes estar alerta para protegerte a ti, a tus seres queridos y a quienes te rodean.

El tráfico de personas es un problema mundial que afecta a cientos de niñas, mujeres y hombres de nuestro país. Si cuestionas la veracidad de tu viaje, tienes dudas y te percatas de señales de alarma cuando estás a punto de viajar o durante el trayecto, no temas, estás a tiempo de pedir ayuda y no convertirte en víctima de trata de personas. Aquí te contamos qué debes hacer si sientes que estás en una situación de riesgo. 

Reaccionar en cadena


Durante una situación de riesgo, ya sea que estés en un aeropuerto o terminal, debes reportar tu situación y crear una cadena de protección a tu alrededor. Habla de tus preocupaciones con el auxiliar de vuelo más cercano, consulta a los funcionarios del lugar, avisa en los puntos de migración o refúgiate en las personas de tu entorno. Informar facilitará que te cuiden y se tomen acciones para preservar tus derechos.

Los destinos más comunes a los que viajan las víctimas son China, Corea, México, España, Argentina, Ecuador, Perú, Paraguay, Panamá y República Dominicana. En estos países y los del resto del mundo, se vive una constante lucha contra las redes de trata de personas y de esclavitud sexual, acércate a los trabajadores de las aerolíneas, ellos sabrán qué hacer.

Una llamada puede salvar tu vida
 

Si eres víctima o sientes que estás en una situación de riesgo, puedes comunicarte a nivel nacional a la línea 122 contra la trata de personas o al Comité Operativo Anti-Trata a través del 01 8000 522 020. Las personas que respondan tu llamada te ayudarán.

En caso de que seas trasladada y recibida en otro país, acogida por un tratante y adviertas que eres una víctima de explotación sexual u otra finalidad de las redes de trata, busca ayuda a través de las líneas gratuitas internacionales que puedes encontrar en la página web Eso es Cuento. Los números telefónicos son además anónimos y confidenciales, así que no lo dudes y llama desde cualquier teléfono, celular o fijo, en cualquier momento del día.

Recuerda que una llamada puede salvar tu vida y regresarte tu libertad. Para evitar caer en redes de trata, infórmate y comparte esa información con las personas que te rodean. Las líneas telefónicas nacionales pueden ayudarte a esclarecer la autenticidad de ofertas de empleo que te hagan en el exterior. Si vas a viajar, que no sea en situación de riesgo.

Articulado tomado de #EsoEsCuento

Cómo evitar la trata de personas: redes de apoyo y prevención

La trata de personas es un delito cuyas víctimas pueden ser todo tipo de personas y la mejor forma de evitar caer en estas redes es me...